La historia de Sada Abe —la geisha japonesa que en 1936 asesinó a su amante Kichizo Ishida, seccionó sus genitales y los llevó consigo como reliquia— trasciende lo criminal para convertirse en un *caso-límite* que interroga las fronteras entre deseo, violencia y cultura. Etiquetada por la psiquiatría forense de su época como portadora de un "complejo de Salomé" (en referencia a la figura bíblica que exigió la cabeza de Juan Bautista), su acto ha sido leído como una metáfora siniestra de la pulsión de muerte, la castración simbólica y la rebelión contra el orden patriarcal. Este ensayo propone un análisis desde múltiples tradiciones psicoanalíticas, integrando las contribuciones de Freud, Klein, Lacan, Pichon-Rivière y otros, para desentrañar las capas inconscientes de su gesto.
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### **1. **Erotismo y Thanatos: Lecturas Freudianas y Ferenczianas**
**Sigmund Freud**, en *Más allá del principio del placer* (1920), postuló la coexistencia de Eros y Thanatos en el psiquismo. El acto de Sada —matar al objeto amado para poseerlo eternamente— encarna esta dialéctica: el estrangulamiento durante el coito fusiona el clímax sexual con la aniquilación, realizando una *unio mystica* perversa. **Sandor Ferenczi**, en *Thalassa* (1924), vinculó los genitales con el anhelo de regresión al útero materno. La amputación del pene de Ishida podría interpretarse como un intento de internalizar el falo, no como símbolo de potencia, sino como *objeto transicional* (Winnicott) que mitiga la angustia de separación.
**Otto Rank**, en *El trauma del nacimiento* (1924), asoció la ansiedad al desgarro primordial de la separación materna. Sada, al conservar los genitales de Ishida, recrea un fetiche que niega la pérdida, encapsulando al amante en una eternidad pre-edípica.
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### **2. **Envidia, Objetos Parciales y la Sombra Kleiniana**
**Melanie Klein**, en *Envidia y gratitud* (1957), describió cómo el pecho materno deviene objeto de envidia destructiva cuando se percibe como inaccesible. Sada, en su obsesión por Ishida —un hombre casado que no podía ser totalmente suyo—, destruye el "pecho fálico" que la frustra. La mutilación post mortem refleja una fantasía sadiana de control sobre el objeto parcial (el pene como *objeto bueno* idealizado), evitando su deterioro por el tiempo o la infidelidad.
**Wilfred Bion**, desde su teoría de la contención, hubiera interpretado el acto como un fracaso del aparato psíquico para metabolizar emociones catastróficas. La incapacidad de Sada para tolerar la ambivalencia (amor/odio) hacia Ishida desbordó en un *acting out* que colapsó la frontera entre fantasía y realidad.
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### **3. **Lacan: El Acto como Pasaje al Real**
Para **Jacques Lacan**, el asesinato de Ishida es un *passage à l'acte*: una irrupción en lo Real que evade la mediación simbólica. Al cortar el pene, Sada no solo destruye el falo como significante de la falta, sino que intenta apoderarse de la *jouissance* imposible, aquella que escapa al lenguaje. **Françoise Dolto**, desde su enfoque en la imagen corporal, vería aquí una identificación delirante: Sada se apropia del genital como prótesis imaginaria, intentando completar su propia castración simbólica.
El "complejo de Salomé" —término acuñado por la prensa sensacionalista— resulta engañoso. Salomé demanda una cabeza como trofeo bajo el mandato materno (Herodías), mientras que Sada actúa desde una lógica privada donde el falo amputado es tanto un *objeto a* lacaniano (resto de lo real) como un fetiche que sustituye la ausencia de reciprocidad en el amor.
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### **4. **Psicoanálisis Argentino: Vínculo y Contexto Social**
**Enrique Pichon-Rivière**, con su teoría del vínculo, analizaría la relación Sada-Ishida como una *estructura diabólica*: un lazo simbiótico donde la dependencia mutua devino destructiva. En el Japón de los años 30, donde la sexualidad femenina estaba rigidamente regulada, su romance transgressor —Ishida la introdujo en prácticas sadomasoquistas— fue un intento fallido de crear un *ECRO* (Esquema Conceptual Referencial Operativo) alternativo al orden social.
**Germán García**, desde la tradición lacaniana argentina, señalaría que el síntoma de Sada (el asesinato) fue un mensaje cifrado a la sociedad: una denuncia de la opresión de la mujer, comparable a las histéricas de Freud que hablaban con el cuerpo.
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### **5. **Institucionalización y Conversión: ¿Reparación o Fracaso?**
Tras su arresto, Sada fue declarada "neurótica grave" y recluida en un hospital psiquiátrico. **Helene Deutsch**, en *Psicología de la mujer* (1944), clasificaría su caso como "personalidad como si", donde la identidad se construye alrededor de un acting histriónico. Sin embargo, su posterior ingreso a un convento budista sugiere un proceso de sublimación: la disciplina espiritual como intento de expiación, resonando con **Donald Winnicott** y su idea de la *capacidad para estar solo* tras la experiencia traumática.
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### **6. **Cine y Censura: El Imperio de los Sentidos como Síntoma Social**
La película *Ai No Corrida* (1976) de Nagisa Oshima, al mostrar sexo explícito y violencia, confrontó el tabú japonés sobre la sexualidad femenina. **Juliet Mitchell**, en *Psicoanálisis y feminismo*, argumentaría que la censura refleja el pánico patriarcal ante la mujer deseante, cuyo goce excede los marcos de la reproducción. Las escenas de Sada estrangulando a Ishida durante el coito visualizan lo que **Jacques-Alain Miller** llamaría *goce femenino*: una satisfacción que desborda el falogocentrismo.
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**Conclusión: Sada Abe o el Enigma del Deseo Femme Fatale**
El caso Sada Abe no es una aberración, sino un síntoma extremo de las contradicciones entre deseo individual y orden social. Su gesto, leído desde Freud hasta Lacan y Pichon-Rivière, revela cómo la pulsión de muerte puede entrelazarse con el Eros hasta volverlos indistinguibles. Más que una "Salomé moderna", Sada encarna la tragedia de un sujeto que, al confrontar la imposibilidad de poseer al Otro, destruye la realidad misma. Su legado, entre el escándalo y la leyenda, sigue interrogando los límites de lo decible en psicoanálisis y cultura.